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miércoles, 13 de octubre de 2010

Revolución y caricatura:

Dr. Antonio Fuguet Smith
Doctorado en Educación
UPEL-IPC
Septiembre de 2010

Participé el pasado Junio en Estambul en el Congreso del Consejo Mundial de las Sociedades de Educación Comprada, evento que reunió aproximadamente 3.000 investigadores educacionales de todo el mundo y tuvo como proposición principal la reorientación de límites en la forma de ver los problemas educacionales. Creí que “saltar el charco” constituía una oportunidad no sólo para asistir al congreso, sino para visitar otros países, especialmente la Madre Patria. Así que decidí quedarme unos días más. En este viaje por Europa me llamaron poderosamente la atención muchos hechos, pero deseo comentar dos de ellos: la coincidencia de ideas en el evento y en otros escenarios y, por supuesto, el impacto de la experiencia de la copa mundial de Futbol, en donde termina ganador la selección española.
Como dije anteriormente, la proposición o ideario principal del referido congreso era la reorientación de límites en la forma de ver los problemas educacionales. Los planteamientos permitieron observar que existe una gran coincidencia de ideas, con la irremediable conclusión de la universalización de la educación superior o universitaria. Esto lo planteo, por cuanto el trabajo que presenté, sobre la “Educación Superior en Revisión”, contenía aspectos e ideas compartidos por otros docentes que laboran en los Departamentos de Educación Comparada e Internacional de sus respectivas Universidades.
Ideas como la necesidad de ver a la educación desde diferentes ángulos constituye una experiencia integradora. Aún cuando las manifestaciones problemáticas en cada país analizado son variadas y quizás peculiares, el aspecto referido era el mismo. La integración de esos aspectos constituye un marco común de análisis o marco empírico-conceptual desde donde se construiría un mismo lenguaje para buscar en forma mancomunada y universal soluciones educacionales, soluciones que no escapan a la interpretación de aspectos multiculturales, multigeográficos y pluridisciplinarios, analizados desde una apropiada relación realidad global, economía y localismos.
Algunas ideas importantes para redelimitar se inician con nuevos planteamientos sobre la relación estado-educación-ciudadanía. Por supuesto la preocupación está puesta en el dilema gobierno/gobernabilidad, territorio/espacio/escenario y la forma de concebir el estado al servicio de la educación y del ciudadano. Es para mí el viejo dilema de discusión de educadores venezolanos sobre el Estado docente Vs. la sociedad educadora, relación de modo excluyente. Una redelimitación de esos espacios pudieran unirse -no dividirse- en beneficio de la nación. De modo que puedan convivir e incluirse.
En profundidad, el impacto de estas reflexiones en materia educativa es la perspectiva con que los conceptos estado-sociedad-educación sean asumidos. Para proceder a redelimitar o reorientar esta relación se tendría la necesidad de realizar procesos de destatizacion, ya que además de los gobiernos juegan un papel importante otras instancias. De desnacionalización, ya que la escala nacional se reconfigura en una serie de conceptos como el internacional y el de territorialidad y de espacios como el regional y el local. De descentralización, con el reordenamiento de funciones que buscarían el perfeccionamiento, como por ejemplo, el de la autonomía universitaria y de la gestión autónoma de las escuelas, en este último caso, se destaca la importancia de los proyectos escolares institucionales. Por supuesto, de despolitización, a la final no todo es político y podría ayudar a superar culturas muy arraigadas de partidocracia y politiquería, como comúnmente se dice en Venezuela.
Estos reordenamientos facilitarían, entonces, la adecuada relación Estado-educación ciudadanía ya que a la nación se le debe dar espacio en el escenario educativo, no desde la visión del derecho sino del deber y ningún Estado, gobierno nacional, regional o local puede violar esa territorialidad de participación. Esto diferencia los regímenes democráticos a los de carácter fascista, social-comunistas y absolutistas. Lo que se está planteando constituye un reto extraordinario. Debajo de ello, hay un cambio de modelos mentales de los servidores públicos. Es decir, un reordenamiento o reconfiguración mental.
En relación con este pensamiento de modelos mentales y como parte introductoria al segundo punto a tratar, deseo exponer lo siguiente: el 8 de Septiembre de 2009, día de la Natividad de la Santísima Virgen, el excelentísimo Cardenal-Arzobispo de Madrid, Dr. Antonio María Rouco Varela, presentó su Carta Pastoral al pueblo español, pero fundamentalmente a los gobernantes. La denominó “Iglesia, Sociedad y Política”. Creo que este documento será lectura obligatoria para quienes formulen planteamientos futuros sobre la temática. Establece unas premisas cuyo resumen es la interrogante de si las palabras de siempre sirven para comprender problemas nuevos. Conocimiento, Estado, sociedad, política, iglesia, realidad, entre otras son viejas palabras que en escenarios cotidianos o de novedad han permitido formas humanas de convivir.
Después de dedicarle un análisis a sus tres categorías de exposición, termina con un conjunto de interrogantes para el reordenamiento del Estado: ¿Tiene el poder político facultad de limitar, condicionar, restringir e, incluso, negar los derechos humanos de la persona -el derecho a la vida, a la libertad religiosa, de pensamiento, de conciencia, de expresión y de enseñanza- sin que se quiebre su legítima ética? ¿O puede disponer sin límite moral y jurídico, de las instituciones básicas del matrimonio, y de la familia, o de la libertad básica, de asociación de los ciudadanos? La respuesta es un rotundo no. Termina diciendo que el Estado no es dueño y señor de la sociedad, y, mucho menos, del ser humano.
En lo referente a la contienda futbolística, deseo destacar cómo impactó a España, especialmente desde el ámbito de análisis de la situación política y económica. El contexto estaba rodeado de conflictos debido a la situación de crisis económica y a los acuerdos que el gobierno español de Rodríguez Zapatero había llagado con los organismos económicos europeos y mundiales. Para muchos analistas, fue como una aprobación a un examen fuerte, para otros, un fracaso de la política económica e internacional actual de España. El plan de recuperación acordado de la economía requiere de la participación y compromiso serio de las provincias, comunidades, países o cualquier ente descentralizado de la organización política española. Ello necesita el apoyo de todos los políticos en ejercicio de gobierno local, para echar adelante el plan de recuperación, sin mezquindad política y sin provecho personal como estrategia para destruir políticamente al adversario.
Esto significa que el sacrificio debe ser compartido por todos, el gobierno nacional (la España toda), como por esas estructuras políticas (la España regional). Conjuntamente con el análisis deportivo de la situación, surgió el análisis político y económico de cómo esta proeza podía ayudar a superar la crisis económica de España. Fíjense, ayudar no como varita mágica sino como un proceso de sumar y no restar. No como respuesta única, sino como elemento coadyuvador. La realidad me indicó que existen políticos en ejercicio del servicio público que aprovecharon la oportunidad para destacar argumentos no válidos, oponerse a ultranza al plan y buscar la forma de dejar esa responsabilidad sólo al gobierno nacional y con ello promover más división entre los españoles. Algunos, argumentaron la necesidad de la separación. Hicieron politización y pusieron sus intereses como dueños y señores de la sociedad y los ciudadanos.
De todos es sabida la intención de separación de algunos de esas entidades, promovidas por falsos políticos. Al verse en un plan poco factible, algunas comunidades toman otro camino de hacer sentir la separación y no la unión, por medio de decisiones que contradicen la constitución nacional y el espíritu de nación unificada española. Tal es el caso del Estatuto de Cataluña -que sin entrar al contenido de ese documento, lo que pudiese ser objeto de análisis en otra oportunidad- permite destacar el contexto político para la fecha en que se desarrolla el mundial de futbol. Lo del estatuto era el otro elemento, el político, de discusión para la fecha. Su contenido era visto por algunos, divisionista y para otros, como fortalecedor de las características y costumbres regionales.
Pero, ante estos dos elementos de discusión, el económico y el estatutario, el triunfo español como 8vo. ganador de la ansiada Copa FIFA, 2010, el pueblo, es decir la nación, habló. En otras palabras le envió un mensaje a los gobernantes-políticos, mensaje de unidad para la España toda. El salir a la calle, enarbolando una sola bandera, la amarilloroja con sello real, bajo un solo canto unánime de “soy español, español, español”, es una especie de meta-mensaje que los políticos, los gobernantes y todos los que ejercen servicio público, deben saber leer y releer en una apropiada orientación. En otras palabras deben buscar redelimitar su forma de actuación. El no hacerlo, sería un indicador de ser gobierno o servidor caricaturesco. Pero la anticultura de los Gobiernos es de seguir con viejas prácticas cuidando sus espacios, sin ver el escenario. Esa práctica es su tentación.
De la misma manera que el arzobispo de Madrid dejó clara su posición, el Arzobispo de Caracas, Jorge Cardenal Uroza Sabino, recientemente, en su mensaje ante Comisión Coordinadora de la Asamblea Nacional, ha hecho lo mismo con voluntad y espíritu de diálogo abierto y en nombre de más de 5 millones de católicos de Caracas y del Obispado Venezolano. Manifestó que su ministerio apostólico es de servicio y que en esa condición se opina acerca de las cuestiones sociales. Opinión que se emite sobre la base de lo que se establece en la Constitución de la República, cuando nos da el derecho a participar en la vida pública. Tal disposición debe ser asumida no como ejercicio de poder político, sino como servicio al pueblo para promover los derechos humanos, la convivencia democrática y la paz social.
Profundiza que así como la condición cristiana y pastoral les impone a los obispos el deber de velar por la vigencia de lo humano, en un marco de respeto a la vida, la libertad y la justicia, deben recodar a los servidores públicos -es decir, enviarles un mensaje- para que pongan más atención al diálogo, a las necesidades del pueblo, a la defensa de los derechos humanos, a la inclusión, a la convivencia social y la justicia como base de la paz. Manifestó que el cristiano pertenece a una gran Iglesia viva y activa, comprometida con el pueblo venezolano como signo de salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana, el bien común de los pueblos y por la defensa de principios éticos no negociables porque están arraigados en la naturaleza humana.
Creo que Venezuela puede aprender de estas reflexiones. En otro sentido, estamos también divididos. Tenemos un gobierno que se ha construido un régimen para imponer sus ideas, dividir a la familia venezolana, destruir lo malo y bueno de nuestra historia e idiosincrasia, centrarse en trivialidades y no en las verdaderas necesidades del pueblo, a pesar de que ha hablado, sin ser escuchado. Como lo he calificado anteriormente, esta situación es de un gobierno de caricatura.
Este gobierno sin gobernabilidad, azotado por la misma situación que ha creado, ya no puede sostenerse. Su rumbo llevó a la creación de una nueva hegemonía, reordenando, o más bien, desordenando, los límites al construir una nueva territorialidad o espacio: la de una nueva oligarquía, la de los nuevos ricos y dueños del país. Ellos son la piedra en el zapato del jefe. En actuaciones gubernamentales y campañas electorales, hacen lo que el jefe dice, pero en los negocios, hacen en forma desbocada, lo mismo de lo que fueron acusados los clanes y tribus de la llamada Cuarta República.
No hay conciencia de unidad, de unificada república, del rol del Estado para beneficio de la nación y para una visión de país. No hay camino para la excelencia sino para la marginalidad. Así que la reorientación de límites, se da en el circuito del beneficio y no del servicio. De nada servirán los éxitos de los ciudadanos, sean académicos, deportivos, artísticos o de otra naturaleza, éxitos que serán desconocidos por una casta de ciegos y sordos a su propia voluntad y tentación. Ellos son los actores y autores de una gobernabilidad de caricatura.
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